Astrales Christina

Hay reuniones familiares que son como deportes extremos, pero sin equipamiento ni seguro médico. Desde el primer abrazo incómodo, ya sabes lo que viene: comentarios pasivo-agresivos, opiniones no solicitadas sobre tu pelo, tu trabajo y, por supuesto, tu vida amorosa. Y justo cuando pensabas que podrías escapar sin que nadie mencionara “los hijos”, ¡zas! te cae la pregunta como una copa mal servida. Tranquilo, Astrales Christina está aquí para ayudarte a digerirlo todo. O al menos, a suavizar el trauma.

En nariz, este vino entra como tú a la reunión: con una intensidad que no pasa desapercibida. Frutas negras, sobre todo mora, te dan la bienvenida como la única tía que no te juzga. Luego vienen las notas de vainilla y regaliz, que, como las respuestas que no das por respeto, aportan elegancia con un toque de picardía.

En boca, Astrales Christina es potente pero equilibrado, como tú fingiendo que todo está bien mientras piensas en desaparecer detrás de la planta del salón. Su textura suave y aterciopelada es ese consuelo que no encontraste entre primos gritones y miradas inquisitivas. Los taninos son dulces y pulidos, como tú respondiendo “ya veremos” por décima vez, con una sonrisa forzada que esconde las ganas de mudarte a otro país.

Y ese final… largo, elegante, como el camino de regreso a casa en el que, por fin, puedes poner tu playlist de escape emocional y servirte una copa de algo que sí tiene sentido.

Porque hay cosas que no puedes elegir —como tu familia—, pero sí puedes elegir cómo sobrevivirlas. Y hacerlo con Astrales Christina es, sin duda, la forma más digna y deliciosa de lograrlo.