Alaya Tierra
26,15 € IVA INCLUIDO
Vino tinto para celebrar esos amores de oficina que empiezan con un “¿me pasas la grapadora?” y terminan en brunchs con suegros.
Todo comienza como quien no quiere la cosa: una mirada, una frase casual junto a la impresora, y de repente estás trayendo tupper extra “por si acaso tiene hambre”. Así es este vino: entra sin hacer ruido, pero te acaba envolviendo hasta el cuello.
Su color negro opaco, con algún destello violáceo, es como ese compañero que va siempre de oscuro, misterioso, intenso… y tú ya fantaseando con su firma al pie del contrato de matrimonio.
En nariz, te lanza un combo elegante y potente como cuando te llega un “¿te apetece comer fuera hoy?” a las 13:00 y tú ya estás escribiendo mentalmente los votos. Frutas negras maduras, madera noble… y tú fingiendo que solo te interesa su informe de ventas, cuando en realidad estás pensando en nombres para el perro que vais a adoptar.
En boca es amplio, envolvente, amable… como una conversación que empieza con “¿cómo vas con el deadline?” y acaba con una copa de vino en tu salón y tú diciendo “esto es distinto, lo noto”.
Y el final… larguísimo y chispeante. Como esa historia que no iba a pasar, pero pasó. Y ahora estáis organizando un viajecito a Oporto “porque total, tenemos días libres los dos”.
Alaya Tierra no es solo un vino. Es esa chispa inesperada entre reuniones, el coqueteo disimulado por Slack y ese momento en el que te das cuenta de que ya es demasiado tarde para hacerte la indiferente.
Bodega: Atalaya.
Zona de elaboración: Castilla La Mancha.
Denominación de origen: D.O. Almansa.
Variedades: 100% Garnacha Tintorera.
Servicio: 18ºC.
Alcohol: 16%
Volumen: 75 cl.
Añada: 2022.
Bodegas Atalaya es el proyecto del grupo Juan Gil Bodegas Familiares en Almansa, en el que participa junto a la familia López de El Pilar de la Horadada.
La familia Gil apostó en el año 2007 por Almansa con el objetivo de dar a conocer al gran público esta denominación de origen poco conocida.
Ubicada a un paso del Mediterráneo, se trata de una zona que mantiene aún la influencia continental por estar situada en la provincia de Albacete, en la zona de tránsito entre la meseta castellana y el mar Mediterráneo.
La primera cosecha de la bodega se remonta a dos añadas anteriores a la compra por la familia Gil. En aquella época Atalaya pertenecía al albaceteño Pepe Sáez.
Desde entonces se ha ido avanzando en las instalaciones e investigando con las variedades Garnacha tintorera y Monastrell, hasta dar forma a la actual gama de productos que reflejan el carácter y la personalidad de la tierra y estas uvas autóctonas de Almansa.
Bodegas Atalaya mantiene así la impronta que el grupo Gil Family Estates quiere reflejar en todos los vinos de su portfolio, mostrando la esencia más genuina de las áreas vitícolas de donde proceden.
Tanto las instalaciones de la bodega como parte de los viñedos de la propiedad se encuentran a unos 2 kilómetros al norte de Almansa, en suelos fundamentalmente calizos y a una altitud sobre el nivel del mar que oscila entre los 700 y los 1.100 metros.
Los viñedos en propiedad ocupan unas 25 hectáreas y los alquilados unas 35 más, pero todos tienen una antigüedad de entre 35 y 50 años y en todos se mima la calidad de la uva controlando el rendimiento de las cepas.
La zona es de clima mediterráneo continentalizado y suele registrar unas precipitaciones que están por debajo de los 350 mm anuales, algo más que en la zona de Jumilla, de donde es originaria la familia Gil.
Aunque las cepas sufren menos en Almansa que en Jumilla, por tener más agua, en los viñedos de esta bodega también se controla el rendimiento de las vides realizando una poda en verde al comienzo del verano, con el objetivo de lograr la mayor calidad de uva.
La dirección técnica está a cargo de Frank Gonzales, enólogo australiano de padre asturiano.
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