Tres vinos, un descuento y cero arrepentimientos
Tomar decisiones en la vida es complicado: elegir qué ver en Netflix, decidir si respondes ese mensaje o lo ignoras por 5 horas, y ahora… elegir solo 3 vinos de nuestros packs. Pero tranquilo, aquí no juzgamos, solo premiamos tu buen gusto con un 5% de descuento.
Cada pack tiene su propia personalidad, igual que tú y tus amigos (o tu yo interior en diferentes estados de ánimo). ¿Eres de los románticos que maridan con cenas a la luz de las velas? ¿O prefieres un vino que te acompañe mientras celebras que se canceló el plan? Tú decides. Lo único seguro es que tres botellas siempre son mejor que una. ¡Elige, brinda y repite!
los Románticos
INCLUYE:
Tres vinos que te quitan el miedo a decir “te quiero” (o a enviarlo por WhatsApp a las 2AM).
Excusa para invitar a alguien a casa, cocinar algo con queso y fingir que es una cena especial.
Alto riesgo de volver con tu ex (no nos hacemos responsables).
los antisociales
INCLUYE:
Tres vinos que no te juzgan por cancelar planes con la excusa de “me duele la vida”.
Paz mental de nivel avanzado, ideal para no tener que fingir que te importa la vida de los demás.
Maridan bien con no contestar mensajes durante 48h y con decir “me dormí” cuando claramente no.
los dramáticos
INCLUYE:
Tres vinos que te dan derecho a actuar como si fueras parte de una tragedia griega… y a creértelo.
Derecho a exagerar absolutamente todo (con filtro en blanco y negro y cara de intensidad).
Combustible emocional para recrear TODA la conversación en tu cabeza.
los CHISMOSOS
INCLUYE:
Tres vinos ideales para hacer que un «¿cómo te va?» se convierta en una hora de chisme ininterrumpido.
Permiso oficial para hablar de todos, sin que nadie te juzgue.
Suficiente energía para contar secretos ajenos y convertirlos en un espectáculo.
los supervivientes
INCLUYE:
Tres vinos que te ayudan a sobrevivir a la vida adulta… o al menos a fingir que sabes lo que estás haciendo.
Superpoder para sobrevivir a un lunes con el mínimo de energía, pero con la máxima actitud.
Habilidad para enfrentarse a una cena familiar en la que tu tía te pregunta “¿y el novio para cuándo?».